#Daelpaso a "perderte" en el tiempo
Y es que ¿quién no disfruta al saber que al día siguiente no hay que levantarse temprano y más si es lunes?. Este es uno de los grandes placeres que nos brindan las vacaciones en verano.
Despertarse cuando el cuerpo nos lo pide y después de eso, reMOLONear otro ratito más en la cama. Todo un lujo que, sin duda, hace que te levantes más ligera y de muy buen humor (siempre que los buenoshijos te lo permiten, claro).
2. Leer un libro y que no acabe con "colorín colorado..."
#Daelpaso a imaginar tu propia historia
Sí, ya sabemos que la historia del Pollo Pepe y su mamá puede tener muchas similitudes a veces con nosotras mismas, pero hay días que nos merecemos un ratito de paz y cambiar los cuentos con "final feliz" por un libro de los de verdad, de esos que se disfrutan leyendo debajo de la sombrilla o en el silencio de la noche desde la cama antes de dormir.
Y aunque no vayamos a releerlo cada noche, por lo menos, ser capaces de llegar a la última página (y que no ponga "colorín colorado") antes de que los buenoshijos lleguen a la universidad. No es mucho pedir, ¿no?.
3. Desconectar de "esos" grupos de whatsapp.
#Daelpaso a desconectar para reconectar
Por ley tendríamos que estar obligados a desconectar de tanta tecnología y poder vivir más cara a cara y no tan virtualmente.
No puedo negar el gusto que me da silenciar "esos" grupos de whatsapp que se crean con la mejor de las intenciones y que se supone que van a ser muy útiles en el día a día, pero al final terminan convirtiéndose en un ir y venir de chistes malos (muy malos).
¡Y es que menudo peso que te quitas de encima al
4. Tachar lo cumplido de la lista de "pendientes".
#Daelpaso a tomarte las cosas más a la ligera
Pero de todas ellas, la peor de las listas es la de "tareas pendientes". Esa, sí. La que es más larga que la de los reyes godos y que pesa un quintal (en tu conciencia) cada vez que la lees.
¿De verdad son todas las cosas de esa lista imprescindibles? Parar un instante, pensar y reorganizar mis prioridades. No hay nada que dé más gusto y que me haga sentir tan ligera como una pluma que tachar y tachar cosas de esa lista.
Si algún día llego al final de esa lista y me encuentro que ya no hay nada pendiente, ¡seguro que seré capaz de salir volando!
5. Cambiar las zapatillas por los tacones (o viceversa).
#Daelpaso a disfrutar la vida desde arriba
Cuando te conviertes en madre llevar tacones la mayor parte del día puede convertirse en un deporte de alto riesgo. Pero qué sería de nosotras sin subirnos al andamio, por lo menos una vez, de cuando en cuando, para salir a malamadrear un ratito, ¿verdad?
Pero toda moneda tiene su cara y su cruz, y en este caso, si pasas todo el día en la oficina con los tacones de un lado a otro, llega un punto que en tu mente solo ves ese momento de llegar a casa, lanzar los tacones por los aires y calzarte las zapatillas.
El verano te da la libertad de elegir. Elegir sentirte como tú quieras en cada momento. Y si el momento playero-piscinero se antoja con chanclas, pues el momento malamadreo se presenta con los tacones más imponentes y con los labios pintados para pasar una noche de
Y si bien podría continuar con esta lista de cosas ligeras que me hacen sentir bien, seguro que este divertidísimo vídeo de Malasmadres y Kaiku Sin Lactosa os da algunas ideas para que podáis disfrutar de un verano más sano y ligero y que os animéis a ¡DAR EL PASO!
Y para ti, ¿cuáles son esas cosas ligeras que te hacen sentir bien?
*Post en colaboración con Kaiku Sin Lactosa
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